Es cierto que el respeto es un valor universal, pero tiene un significado muy especial para nosotros los hombres porque:
ESTÁ ASOCIADO A LA COMPETITIVIDAD.
Los hombres somos, desde nuestro ADN, competitivos. La testosterona juega ese papel determinante en el desarrollo de las especies. Si sumamos la crianza, la niñez y en general la interacción social, ese entorno competitivo seguramente se ha reforzado.
Y la competitividad, implica algunos valores determinantes en las relaciones sociales. En primer lugar existe un oponente, que no un enemigo (muchas veces en el otro equipo tenemos a un gran amigo). Aprendemos temprano entonces a diferenciar la competencia y la rivalidad, del odio.
Por otro lado nos plantea como iguales. El deporte es un excelente ejemplo. Cada partido es un nuevo desafío y rara vez estamos totalmente seguros de que el resultado será que ganaremos. La vida nos enseña a ganar y a perder. A veces a ganarle a quienes consideramos mejores que nosotros y a veces a perder frente a quienes consideramos inferiores en esa disciplina. Por lo tanto, aprendemos a ver al otro como un igual que puede vencernos. Esa concepción del rival que nos puede vencer implica RESPETO.
Es cierto que a veces no sabemos como expresar correctamente el respeto a los demás. Es algo que quizás todos debamos trabajar. Pero sí que somos capaces de entenderlo fácilmente.
Y como somos capaces de entenderlo, esperamos ser respetados.
Ser hombre implica grandes compromisos y responsabilidades. A veces solo esperamos a cambio el respeto de nuestros semejantes: nuestras parejas, amigo, familiares, colegas.
El respeto es un valor que enaltece
Procura practicarlo continuamente, sin esperarlo de regreso.
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